Desde Valverde de Ágreda, en plena comarca del Moncayo soriano, Altos de Yara presume de cultivar las manzanas más caras de España. No por exclusividad vacía, sino por un modelo de producción basado en la selección extrema y la calidad premium. La firma trabaja bajo una filosofía que antepone el prestigio de marca al volumen de producción, lo que les ha abierto las puertas de los mercados más exigentes, como El Corte Inglés, Mercabarna o incluso destinos internacionales como Alemania, Panamá o Arabia Saudí.
La plantación, dirigida por Gabriel Sáez-Benito, se asienta en una finca de 52 hectáreas, fruto de la visión del fundador Raúl Sanz. Desde su origen hace una década, la apuesta ha sido clara: eliminar fruta para ganar calibre, color y sabor. El rendimiento por hectárea es menor que en otras zonas como la Ribera del Ebro, pero la rentabilidad viene de una clientela fiel que valora la excelencia. Su estrella es la variedad Fuji, aunque también cultivan Gala, Golden, Golden Rosé o Granny.
Altos de Yara no solo produce manzanas, sino que también experimenta con otras frutas como cerezas y albaricoques, pese al riesgo de heladas en la zona. Además, están pendientes de la finalización de la concentración parcelaria para ampliar su explotación. Mientras tanto, siguen sorprendiendo al mercado con iniciativas originales, como manzanas personalizadas con logotipos o corazones para San Valentín, todo con un fuerte componente estético y de marca.
La empresa cuenta con sellos de calidad como Global GAP o Tierra de Sabor, aunque su verdadero distintivo es la propia marca, que simboliza exigencia y mimo desde el árbol hasta el cliente. Para Gabriel Sáez-Benito, el secreto está en trabajar con pasión y visión a largo plazo. “Un Mercedes no necesita sellos de calidad, lo importante es la estrella. En nuestro caso, esa estrella se llama Altos de Yara”.
Fuente: Heraldo Diario de Soria